Descripción
En el año 793 arranca el período más importante de la historia de los vikingos: la conocida como
Era Vikinga, que se inicia oficialmente con el ataque al monasterio de Lindisfarne. Una expedición
escandinava saqueó el monasterio como las aldeas próximas en la costa del norte de Inglaterra (por
entonces, en el reino de Northumbria). Al principio, los vikingos atacaron monasterios de la costa británica
que estaban poco defendidos y solían reunir riquezas. Se trataba de saqueos fugaces y poco arriesgados,
realizados por pequeñas flotas y sin unas personalidades importantes al mando. Los vikingos pronto
pusieron su mirada en el litoral del continente. Así, en el año 799 atacaron Bretaña, en 834 los Países
Bajos y en 844 la costa mediterránea. De hecho, la primera estancia de los vikingos en España tuvo lugar
en 844. Mantuvieron en alerta a media Europa por sus saqueos en las actuales Inglaterra, Francia, Italia,
Alemania y España. Remontaban ríos gracias al poco calado de sus drakkars (barcos vikingos) y se
marchaban tras breves pillajes.
Las armas vikingas son un tema que sigue suscitando interés siglos después del ocaso de la era vikinga.
Y es que, si por algo son conocidos los vikingos es por haber sido feroces guerreros. La estampa típica
del vikingo siempre viene acompañada de un hacha de combate. Las hachas vikingas eran un arma
barata, habitual y polivalente, ya que podía utilizarse en las labores de la granja.
Existían varios tipos de hachas vikingas:
Pequeñas o de una mano, que iban acompañadas de escudos.
Arrojadizas, que se llevaban al cinto hasta que eran lanzadas.
Grandes o de dos manos, unas armas devastadoras pero que conllevaban un gran riesgo de quedar desprotegido con cada golpe
Hacha vikinga hecha artesanalmente en acero 1095. Este hacha tiene la cabeza con un precioso dibujo
tallado a mano que le da a esta pieza un singular encanto. Su empuñadura, en madera de haya con un
sencillo brocado, todo realizado a mano. Su sencillez hace que esta pieza llame la atención por su belleza.