Si tienes un cuenco o bol tibetano en tu hogar porque te gusta todo lo que tiene que ver con la cultura y la religión budista, sabrás que es un utensilio de gran delicadeza y que debemos cuidar con mucho cariño y cuidado. El polvo y la suciedad acumulados en estos cuencos, pueden provocar que no emita el sonido y las vibraciones óptimas. Por ello es importante saber cómo limpiar un cuenco tibetano de forma correcta.
¿Qué son los cuencos tibetanos?
Un cuenco tibetano, también llamado cuenco o tazón cantor, razón himalayo, bol tibetano o rin gong es un utensilio con forma de bol o tazón metálico con un sonido especial, similar al producido por una campana. Su origen, como su nombre indica, está en el Tibet, y está formado por una aleación de varios metales, normalmente entre 7 y 9 diferentes.
Los cuencos tibetanos son utilizados en la cultura y religión budista como elemento de meditación, relajación e inducción al trance. Estos tazones tibetanos son golpeados en sus bordes o laterales con una baqueta o un mazo de madera, lo que provoca ondas sonoras y poderosas vibraciones que relajan el cuerpo y la mente.
Formas de limpiar un cuenco tibetano
Un cuenco tibetano es una pieza muy especial y delicada. Su sonido puede verse afectado, disminuyéndolo o haciendo que este desaparezca, debido a la suciedad, grasa o polvo que pueda acumular. No te preocupes, es algo normal y que tiene fácil solución si sabes cómo limpiar un cuenco tibetano. Te dejamos las mejores formas de limpiar este tipo de cuenco cantor:
- Limpiar un cuenco tibetano con agua y jabón líquido: una de las opciones para limpiar un cuenco del Himalaya, es rellenar su interior con agua hirviendo y jabón líquido suave. Después, se deja toda una noche lleno y al día siguiente se enjuaga el bol. Si el cuenco no vuelve a sonar correctamente, podría haberse quedado algo de jabón dentro, por lo que podemos utilizar otro método, o quitar ese jabón con alguna gamuza o bayeta, siempre que sean muy suaves
- Limpiar con agua y jugo de limón: este tipo de limpieza se usa en ocasiones posteriormente a una limpieza con agua hirviendo y jabón líquido. Se trata de rellenar el cuenco tibetano con agua tibia y echar jugo de limón. Después, igual que en la anterior opción, se deja reposar durante toda la noche. Esto debería hacer recuperar el estado óptimo del cuenco.
- Limpiar un cuenco cantor con gamuzas especiales: otra opción, sin usar agua ni otro tipo de líquido es limpiar el cuenco con gamuzas especiales, gamuzas suaves y que no dañen los metales. Pueden utilizarse gamuzas de bronce o de esparto pulido. Estas, además, cargarán de energía el cuenco cantor, gracias a que se están frotando los metales que componen dicho cuenco.
Limpiar tu cuenco tibetano con limón
Esta forma de limpiar de forma física un cuenco del Himalaya es una de las más utilizadas por los expertos, debido a su naturalidad y sus resultados óptimos. Para esta limpieza se deben seguir los siguientes pasos:
- Cogemos medio limón y con un cuchillo quitamos la primera capa de su piel.
- Realizamos pequeños cortes en el borde del limón. Con ello conseguimos que este se abra y la limpieza sea más sencilla.
- Cogemos el limón con una mano, sostenemos el cuenco con la otra y comenzamos a frotar el limón por todo el cuenco. Para ello, debemos empezar por la parte interior del cuenco y terminar por el exterior.
- Después limpiamos los bordes del cuenco con mayor insistencia.
- Repetimos el proceso de limpieza durante varios minutos hasta que el cuenco tibetano esté suficientemente limpio.
- Enjuagamos el cuenco a conciencia con agua tibia.
- Por último, secamos minuciosamente el bol. Este paso es muy importante, porque así evitaremos la oxidación.
Para terminar, os dejamos algunos tips para limpiar un cuenco tibetano. Además de con limón, esta limpieza puede realizarse con otro cítrico como es la naranja, o con vinagre de manzana. Además, existe un tipo de limpieza de forma natural y espiritual. Se trata de dejar el cuenco al aire libre para que el Sol y la Luna, a ser posible una luna nueva, hagan efecto en su pureza. Para que el proceso se realice de forma correcta. Por último, en caso de contar con un cuenco de oro, para su limpieza tendrás que usar productos y gamuzas especiales para no dañar este mineral.
¿Por qué no suena mi cuenco tibetano?
Es posible que estés intentando hacer sonar tu cuenco tibetano, ¿y ya no emita ningún sonido? No, no es que tu cuenco no vaya a volver a “cantar” ni tampoco es que esté roto. Lo más probable es que lo hayas lavado con agua y jabón, y en la superficie haya quedado una capa de jabón. Esto provoca que la baqueta resbale sobre el cuento, impidiendo que emita su canto.
¿Hay alguna solución? Por supuesto, sigue estos pasos:
- Con las manos limpias frota el cuero de la baqueta, y luego frota con suavidad el cuenco por unos minutos con tus manos, tanto la parte interna como externa.
- La otra opción es utilizar una goma de borrar. Pásala por la superficie, para eliminar la lámina de jabón.
- También puedes usar una malla de plástico, de las que se utilizan en la cocina para escurrir la vajilla, frotándola sobre el cuenco.
8 consejos para limpiar un cuenco tibetano
¿Te preocupa que cometas un error al limpiar tu cuenco tibetano y este no vuelva a sonar nunca más? No te preocupes, que te vamos a dar una serie de consejos que te vendrán muy bien en el proceso:
Asegúrate de que el tazón permanece seco
Al usar agua, se puede aumentar o cambiar el sonido que emite el cuenco al golpearlo. Sin embargo, solo debes usar agua destilada, pues el resto de líquidos pueden contener químicos y metales que deterioren el cuenco.
Por otro lado, evita dejar el cuenco con agua por más de un día, para evitar lo que se conocen como manchas de agua. Y, tras usarlo, asegúrate de secarlo bien con un paño seco.
No utilices ningún producto químico
Evita que el cuenco entre en contacto con cualquier sustancia que pueda resultar dañina, como la lejía, el zumo de naranja o cualquier otro concentrado ácido.
Si el cuenco entra en contacto con estos productos, se producirá una reacción química que lo oxidará, arruinando el tono.
Retira el polvo con regularidad
Si has decidido exponer el cuenco al aire libre, asegúrate de retirar el polvo con regularidad, pues dañará su aspecto y sonido.
Cuidado con las manchas de los dedos
Nuestros dedos producen aceites naturales que pueden dejar marcas en la superficie del cuenco (como sucede cuando apoyamos la mano sobre un cristal).
Por ello, tras utilizarlo, asegúrate de que lo limpias adecuadamente, sobre todo las áreas que tocas con frecuencia.
Siempre en posición vertical
¿Sabías que la posición del cuenco puede afectar al sonido que emitirá más adelante? Piensa que estos están fabricados utilizando las técnicas antiguas, por lo que, al colocarlos, por ejemplo, de lado o del revés, pueden producirse cambios en los bordes.
Si quieres evitar que el sonido se vea afectado, asegúrate de que siempre esté colocado en posición vertical.
Nunca frotes con agresividad
A veces, cuando limpiamos, sin darnos cuenta frotamos demasiado fuerte sin darnos cuenta. Si no eres cuidadoso, dañarás el acabado de tus cuencos tibetanos.
¡Y mucho ojo con utilizar sal o bicarbonato de sodio! Puede rayas el cuenco.
Mantenlo alejado de la luz del sol
Si, se recomienda tocar el cuenco en el exterior, para que mejorar la calidad del sonido. Ahora bien, los cuencos tibetanos son muy sensibles a la luz del sol.
Por lo que, si vas a salir al exterior para hacerlo sonar, asegúrate de que sea una zona con sombra, para protegerlo de los rayos del sol.
Manéjalo con cuidado
Nunca olvides que los cuencos tibetanos son muy sensibles, por lo que debes manejarlo con sumo cuidado. Cualquier golpe brusco podría cambiar la superficie de los bordes, dañando el canto.