- No importa el estilo que quieras conseguir. La forja se adapta a estilos rústicos, modernos, clásicos, juveniles e infantiles. La gran variedad de colecciones y acabados existentes en el mercado te ayudarán a conseguir tu objetivo.
- Cualquier elemento puede tener forja. Un cabecero, una mesa, un espejo, una lámpara, una estantería… La gran mayoría de elementos decorativos pueden tener un detalle en forja que encajará con el estilo de tu decoración.
- No solo el hogar puede decorarse con forja. También restaurantes, hoteles, casas rurales, chalets… ¡No tiene límites!
- Ideal para ambientes reducidos. Sus estructuras no llenan visualmente los espacios e impiden la sensación de agobio que tienen los muebles de madera.
- Cámbiale el color. Cuando estés cansado de tu mobiliario y si eres un poco manitas, puedes pintar tus muebles de forja con pinturas de las llamadas «directas al metal». Quedará genial y parecerá un mueble nuevo.
- Puede conjugarse perfectamente con diferentes motivos decorativos de diseño. Flores, corazones, letras, muñecos, etc. En dormitorios infantiles es muy común ver este tipo de motivos en diversos colores.
- Su perfecta combinación con cualquier material. La mezcla con el cristal es ideal para dar un toque elegante a cualquier espacio. También combinándolo con la luz conseguiremos un efecto muy vistoso en cualquier estancia. De hecho, las lámparas de forja son uno de los productos más demandados por los amantes de este material.
- No pasa de moda. Lleva años utilizándose en decoración y a día de hoy sigue en auge.
- Es válida para exteriores. Muchas son las terrazas y jardines que apuestan por la forja como elemento predominante en su decoración.
- Mantenimiento sencillo y económico. Un paño húmedo será suficiente para limpiar la forja. Además, las piezas realizadas en forja son de gran resistencia y dureza.